
La luna bañada en sangre iluminaba tenuemente el lecho de los oscuros amantes.
Ella, temblaba entre sus brazos.
Él, sonreía.
Habían cruzado la línea, habían traspasado el límite, y sabían que tarde o temprano ellos volverían.
A pesar de todo, el joven diablo simplemente sonreía.
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